Azua es
una provincia de la República Dominicana,
en el sur del país. Limita al norte con las de San Juan y de La Vega, al sur
con el mar Caribe, al este con las de La Vega y Previa, y al oeste con las de
San Juan y Bahoruco.
Está formada por una llanura litoral que
acaba en bahía en forma de herradura —bahía de Ocoa— cercada por relieves
montañosos pertenecientes a la cordillera Central, donde se alzan picos como el
monte Tina y monte Bosú que alcanzan los 2.186 y 1.340 m, respectivamente. Su
economía se basa en las plantaciones de café, caña y tabaco, así como otros
cultivos de cereales, hortícolas, arroceros y maiceros.
La ciudad principal es Azua de Compostela,
capital provincial, con un puerto sobre el Caribe. Superficie, 2.430 km2;
población (1990), 195.420 habitantes.
Su historia está llena de acontecimientos
que cambiaron por completo el destino de nuestro país, porque fue escenario de
batallas decisivas entre dominicanos y haitianos.
Es una ciudad de la República Dominicana,
al sur del país, capital de la provincia de Azua. Es un pequeño centro urbano y
comercial de una provincia —forestal en el norte y agrícola en el sur gracias
al regadío—, que se ubica en la llanura meridional caribeña. Ciudad calurosa y
seca, (26 °C y 630 mm). La ciudad colonial queda en un antiguo
emplazamiento, conocido como Pueblo Viejo. Es centro de comunicaciones, dispone
de aeropuerto internacional y de un puerto situado a unos 5 km en la bahía de
Ocoa. Población (1990), 65.352 habitantes. La villa de Azua está ubicada a 97
kms. Al suroeste de la capital dominicana. Limita al norte con el Cerro de
Resolí, al sur con la Cañada de la Vaca, al este con la Parcela 664-B y al
oeste con el río Las Yayitas.
Escudo heráldico de Azua:
Otorgado por Real
Cédula del día 7 de diciembre de 1508, acogiendo la petición de los
procuradores enviados al efecto, Diego de Nicuesa y el bachiller Antonio
Serrano apoyada por Ovando.
El texto de la disposición dice así:
"Villa de Compostela, un escudo azul, y en él una estrella blanca y en los
bajo unas ondas azules, y blancas."
El citado documento está registrado con
los siguientes datos: "Signatura. Indiferente General. Legajo 1961-Libro1-,
folios 97 y 98".
Nótese que la real Cédula habla de ondas
azules y blancas, pero no dice cuantas.
Así, pues, lo esencial es conservar los
colores y los símbolos, ya que el número de ondas no es fundamental.
Historia
de Azua:
Para
la época del descubrimiento de la isla de Santo Domingo, Azua era un nitaíno
perteneciente al cacicazgo de la Maguana.
Fue
fundada la villa de Azua en el año 1504 por el adelantado Diego de Velásquez,
durante el gobierno de Don Nicolás de Ovando.
Según el Lic. Emilio Rodríguez Demorizi,
la que recibiera el titulo y blasón, fue en los inicios de su fundación la
hacienda del Mariscal Pedro Gallego, llamada "Compostela". Es la
cabecera más antigua de las provincias sureñas que compartían la geografía de
esta parte la Isla Hispaniola.
La primitiva ciudad, que estaba ubicada
donde hoy llamamos Pueblo Viejo, fue destruida por un terremoto en el año 1751
y fundada nuevamente a orillas del Rio Vía en terrenos que fueran donados por
la familia de Don Gregorio Díaz y de la viuda Luisa Guerrero.
La creación del municipio del que Azua es
ciudad cabecera, se remota a 1882. La provincia fue constituida en el año 1844
y desde entonces formo parte de las cinco provincias en que se dividió el
territorio nacional, siendo su jurisdicción territorial integrada por las
comunes de San Juan de la Maguana, Las Matas de Farfán, Neyba, Las Caobas,
Hincha, Bánica, San Miguel de la Atalaya y San Rafael.
Según puede apreciarse a Azua le
correspondieron hasta el convenio fronterizo del año 1929, cuatro comunes que
luego pasaron a ser dependencia haitiana, estas son: Las Caobas, Hincha, San
Miguel de la Atalaya y San Rafael.
De acuerdo a las escrituras aquí en Azua
residió durante varios años el celebre conquistador de México Hernán
Cortés, quien durante su permanencia en esta villa desempeñó el cargo de
Escribano Público.
Según lo hace constar Don Emiliano Tejeda en su obra "Palabras Indígenas de Santo Domingo", Azua, es Vocablo Autóctono de la isla. Los taínos solían llamar a este territorio del Sur de nuestra isla con ese nombre.
Según lo hace constar Don Emiliano Tejeda en su obra "Palabras Indígenas de Santo Domingo", Azua, es Vocablo Autóctono de la isla. Los taínos solían llamar a este territorio del Sur de nuestra isla con ese nombre.
Azua tuvo la presencia de las tropas
norteamericanas que ocuparon el país. De este hecho quedan el puente sobre el
Rió Vía; los contenes y sistemas de cloacas de la calle Colón hoy Duarte y el
Cementerio Municipal.
De ese mismo tiempo en Azua comenzó a
funcionar el ingenio azucarero El Ocoa y Central Ansonia, ambos propiedad
norteamericana. Luego en el año 1919 y al comienzo de los años 20 comenzó a
operar el Central Azuano propiedad de la familia Viccini.
La presencia norteamericana continúa esta
vez con la perforación de los pozos de petróleo, primero en la comunidad de
Higüerito y luego en Maleno, donde la Compañía Seaboard inicia las
perforaciones con resultados positivos pero saboteados.
Con la llegada de inmigrantes de Italia y
Arabia, Azua inicia su época de oro en el área comercial, pues los señores
Rocco Capano, Nicolás María Ciccone, Teófilo J. Risk y otros de no menos
importancia, se establecen con grandes negocios cuya actividad trasciende las
fronteras de Azua.
De esta Azua de Compostela pertenecen las
calles Colon hoy Duarte; la Restauración hoy Colon; la Quisqueya hoy Hernán
Cortes y la del comercio hoy Emilio Prud ‘Homme.
De finales de siglo pasado o comienzos del
presente, Azua alumbraba sus calles por el sistema de combustión de carburo que
le llamaron "Los Faroles de Galiciano", que cuando él prendía el último
tenía que comenzar nuevamente con el primero. Luego, en los años 30 hasta la
llegada de la CDE., funcionó un alumbrado propiedad de los Hnos. Noboa
subvencionado por el ayuntamiento, cuya duración de servicios era hasta
amenazas de apagones minutos antes de la hora establecida.
Batalla
de Azua:
Las
operaciones del ejército dominicano estaban bajo el control superior del
general Santana. Se hizo acompañar del general Antonio Diverge, quien estaba
encargado de velar por los diferentes flancos durante la batalla.
Duvergé
contó con refuerzos llegados desde Bani y de la misma Azua. El ejército
dominicano combatió con dos cañones: uno manejado por Francisco Soñé y por el
teniente José Del Carmen García.
Otros militares que combatieron fueron:
los fusileros Valentín Alcántara, Vicente Noble. Al centro de la defensa
dominicana una pieza de artillería y el grueso de las tropas de monteros y
hateros, comandados por Juan Esteban Ceara, Lucas Díaz y Luis Álvarez.
Acciones
de la batalla de Azua:
Primer ataque:
Las tropas entran por San Juan y fueron rechazadas por el
cañón de francisco soñé, la fusilería de Lucas Díaz, Jean E. Ceara y José Del
C. García. Desalojan el río Jura.
El mismo día 19 las tropas del jefe haitiano Tomás Héctor entran en Azua y el ataque es rechazado por los dominicanos.
El mismo día 19 las tropas del jefe haitiano Tomás Héctor entran en Azua y el ataque es rechazado por los dominicanos.
Segundo ataque:
Los
haitianos atacan por el camino de Los Conucos, a los dominicanos. Allí fueron
enfrentados por Matías de Vargas, José Leger y Feliciano Martínez.
Tercer ataque:
El ejército haitiano en El Barro,
se tropieza contra las tropas de Diverge. Los fusileros de Nicolás Mañón los
rechazan en el Cerro de Resolí. El ataque provocó la huída de los invasores de
nuevo hacia el río Jura. El día 19 las tropas dominicanas se retiran a Sabana
Buey.
Las tropas de Souffront son detenidas en
La Hicotea; reinician su marchan de nuevo al día 20 para unirse a las tropas de
Herrad. Esta memorable batalla, se inició a las 7:30 de la mañana.
El éxito fundamental se basó en la
estrategia de retrasar, hostigar y alejar al enemigo de los lugares donde
pudieran encontrar provisiones para mantenerse en el campo de batalla. Además,
el terreno inhóspito e inaccesible los hizo huir acorralándose hacia el río
Jura, sufriendo una gran derrota. Después de esta batalla, Santana se retiró
con el ejército a Sabana Buey, Bani, lugar donde se instaló su campamento
principal.
Gastronomía:
Por su condición de país insular, agrícola
y ganadero, la República Dominicana ofrece una variedad de atractivos platos
donde mezcla las influencias taínas, europea y africana en una explosión de
sabor rica en matices y condimentaciones: el chenchén, plato típico del sur que
consiste en maíz partido en trozos pequeños y hervido durante horas con
diversas especias, el que se acompaña de chivo guisado. El chacá, también a
base de maíz, postre preparado con leche, azúcar y canela, así como leche de
coco. El pescado y el moro de guandules con coco, típico de Azua. El arroz con
frijoles, el plátano, pasteles en hojas, la yuca con la que se elabora, además del
cazabe una empanada rellena de carne, queso, o pollo dominada catibía. También
cabe mencionar el chambre, el plátano maduro con azúcar y canela, las
habichuelas con dulce, típicas en cuaresma.
El arte y la cultura
En lo concerniente al arte y la cultura en sus
diversas vertientes, son muchos los exponentes que Azua podría exhibir con
timbre de orgullo. Como muestra está la acogida que tuvo en predios azuanos la
Escuela Perseverancia, fundado por el ilustre pedagogista Emilio Prud ‘Homme,
autor de las letras del Himno Nacional Dominicano. Eran los días de gloria de
muchos aedos de Azua, tales como Bartolomé Olegario Pérez, autor de
“Margaritas”, Víctor Garrido, Héctor Viriato Noboa, autor de “Crisálidas
Poéticas” y fundador de la Sociedad Literaria y Cultural Athene en el año 1925,
Hernani García, Héctor Marchena, Teodoro Noboa, Abraham Ortiz Marchena y tantos
otros.
Otras personas que coadyuvaron para que Azua
fuera bautizada como La Athena del Sur, fueron Miguel Ángel Garrido, autor de
“Siluetas”, Renato D’Soto, autor de “Tonalidades”, Barón Noble, formidable
poeta de “Fino Estro” y Héctor J. Díaz, excelente poeta popular y autor de “Lo
que quiero”, Heriberto García, así como de otros inspirados líricos que
enaltecen el parnaso de este pueblo.
En el arte musical Azua tiene su más
diamantino cultor en Pablo Claudio, quien escribiera las óperas “María de
Cuellar” (la esposa de Hernán Cortés), y “Las Américas”. Un aspecto aparte para
nombrar a Ramón Madora, exponente fiel de nuestra mangulina, quien por allá por
Guayacanal, nunca pensó que su baile nos iba a representar en playas
extranjeras. También están la trompeta de Armando Beltre y la exquisita voz de
Olga Lara.
La Azua de hoy cuenta con figuras en el Arte y
la Cultura tan relevantes como las pasadas. Están el General Ramiro Matos González
escultor-historiador y las narraciones de Tomás Alberto Oviedo quien ha
inmortalizado las ocurrencias del maestro Camilo.
Azua cuenta con tres importantes instituciones
culturales: El Grupo Enriquillo de Investigaciones Históricas, Arqueológicas y
Antropológicas, que edita la revista UPHIA, la Sociedad Literaria y Cultural
Athene, presidente William Mejía, y el Círculo de Estudios Literarios Azuanos.
Estas dos últimas entidades auspician concursos de los diferentes géneros
literarios periódicamente.
Personajes y el arte en Azua
La historia de Azua esta matizada de muchos
hechos importantes en los órdenes históricos, social, y cultural.
Algunos galenos que vinieron a radicarse en
esta ciudad, que por su dedicación al servicio y sus aportes a la cultura en
general, se hacen merecedores de que siempre se les recuerde con respeto y
cariño.
Doctores:
Está el Dr. Simón Striddels, cuyo nombre lleva
el hospital de esta ciudad, consagrado médico de origen curazoleño que vino a
vivir a esta ciudad en tiempo de Lilís (Ulises Heureaux, él fue el presidente
del país desde 1882 hasta 1899) y al que la generación de la época recuerda con
el nombre de “Papa mon”.
Los Dres. Armando Aybar y Buenaventura Báez
Satín, cuya labor se honra con sendas calles a su nombre.
El Dr. Arístides Estrada Torres quien vino en
compañía de amantísima esposa Doña Caridad, y quien ejerció ampliamente la
medicina social. El Museo que funciona en la Biblioteca Municipal lleva su
nombre.
Dr. Gregorio Solano un capitaleño del que Azua
se adueñó por adopción, del que según cuenta la gente del campo dice que cura
solo con ver al enfermo.
Del Dr. Rafael Antonio Cabral Pérez, médico
azuano muy querido, dicen que a las personas a quienes Féfen les ha cobrado una
consulta, paradójicamente, se les puede llamar dichosas.
Las fiestas patronales
Las fiestas patronales de la comunidad se
celebran cada 8 de septiembre, día de Nuestra Señora de los Remedios, con
juegos populares como la gallina ciega, la corrida de burros, el palo encebao,
el baile de la cinta y los famosos diablos cojuelos. Además se celebran
actividades religiosas en honor a la patrona del municipio.
El carnaval
El carnaval de Azua es uno de los más antiguos
del país. Por tradición se celebra dos ocasiones en el año: una en marzo,
celebrando las fechas patrióticas y en el periodo que se celebran los
carnavales por todo el mundo, y la otra en septiembre, para las fiestas
patronales en honor a Nuestra Señora de los Remedios. El carnaval Azuano
consiste en la salida desorganizada de los diablos cojuelos populares, que
salen y golpean las muchachas con envases de suero vacíos, que hoy sustituyen
las antiguas vejigas de vaca.
Bibliografías:
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